HISTORIA DEL COLEGIO HUÉRFANO DE LA POLICÍA

Hacia 1928, con proyecto de Ricardo Macarrón Piudo, se inicia la construcción del Colegio de Huérfanos Santo Ángel de la Policía Nacional, lo que hoy conocemos como Centro de Formación de la Dirección General de la Policía

Es este conjunto la aportación arquitectónica más interesante entre las realizadas en Vista Alegre durante el siglo XX. Está constituido por doce pabellones independientes destinados a diferentes usos. 

Su importancia radica tanto en el libre modo de planificar la disposición de los edificios en la parcela, cercada y segregada del resto de la Quinta, como en el carácter de éstos, en línea con los movimientos europeos, concretamente el art nouveau y la secesión vienesa, cuyo autor bien parece conocer.

El edificio, anteriormente, fue el Colegio de Huérfanos de la Policía, construido entre 1928 y 1936 como idea del agente Antonio de Michelena a fin de ayudar en la educación de los hijos de los policías fallecidos. Durante su «existencia» ha sido también hospital militar (hasta 1954). El edificio tiene diversos pabellones, así como zonas ajardinadas, biblioteca, laboratorios, gimnasio, teatro y capilla. , siendo el Ministro de la Gobernación Blas Pérez González quien lo inaugura.

Efectivamente fue a principios del siglo XX se impulsó la creación de un Colegio de Huérfanos para los hijos de funcionarios de los cuerpos de seguridad, una escuela que fue también hospital militar durante la Guerra Civil y que en 1989 desapareció como colegio para constituirse en Fundación de Huérfanos de la Policía Nacional. Esta organización altruista nació con el propósito de proteger a los familiares de policías fallecidos y actualmente atiende a cerca de 2.100 beneficiarios.

La historia del Colegio de Huérfanos ha sido paralela a la historia del país y a la propia evolución de la institución policial. Así el colegio se convirtió en hospital militar durante la Guerra Civil y no fue hasta marzo de 1954 cuando se inauguró como Colegio de Huérfanos para niños y niñas. Durante 36 años el Colegio, ubicado en la Plaza de Carabanchel, impartió enseñanzas regladas para EGB, BUP y COU a miles de alumnos, muchos de ellos en régimen de internado. 

El Colegio contaba con 23 aulas, una biblioteca, laboratorios de Ciencias Naturales, Física y Química, aulas de Dibujo, Música, Pretecnología y Mecanografía, un gimnasio cubierto, sala de Judo, estancias de juegos para niños y niñas, y un teatro auditórium.

El Colegio de Huérfanos de la Policía comenzó a funcionar como tal allá por el año 1953 acogiendo a numerosos huérfanos tanto chicos como chicas de policías fallecidos que se encontraban recogidos en otros centro educativos siendo notándose de manera muy positiva la mano de las monjas que en aquel entonces atendían la institución en unión de otros docentes contratados de la calle, aunque tanto las monjas como las niñas abandonaros en Colegio muy a principio de los años sesenta quedando solamente como un centro para chicos , un centro en sus inicios exclusivamente para huérfanos de policías fallecidos abriéndose con el tiempo a principio delos años setenta un amplio abanico a hijos de funcionarios de policías en activo de todas las escalas profesionales dentro del cuerpo policial volviendo a ser un colegio mixto de chicos y chicas ha dejado una profunda huella en miles de hijos de policía fallecidos proporcionándoles una gran educación y formación educativa como profesional durante esos largos años y en la mayoría de los casos proporcionándoles un futuro. 

 Fue independientemente de apoyar y ayudar en otras actividades educativas y carreras universitarias una autentica cantera de funcionarios del Cuerpo General de Policía donde en las propias instalaciones del Colegio se creó una academia de preparación dando unos resultados altamente positivos.

En 1989 el colegio desaparece como tal y comenzó su transformación a Fundación estableciéndose como prioridad la protección integral a los huérfanos, plasmando su carácter benéfico-asistencial, y asignando su gestión y representación a la figura del Patronato. Los primeros programas se centraron en la atención a los menores, personas discapacitadas y el fomento académico de los mayores de 18 años.